Elsa Stettner

Hola Alfonso

hoy me enteré que sin consultar a quienes pagamos impuestos, el Ayto. de Guadalajara acordó y decidió la creación de un museo taurino para la ciudad.
Así, por imposición y punto. Por el prestigio de tu familia, no puedo creerlo; por tu gestión, sí.

¿Cómo puedes pensar siquiera en desviar recursos para construir una barbaridad como esa, habiendo inminentes prioridades?
¿El gobierno municipal de Guadalajara, la 2a ciudad más importante del país, construirá un castillo a la crueldad animal en pleno siglo XXI, para promocionar el dolor y la tortura a los toros?

Alfonso, durante tu administración me he llevado muchos sofocones por tus increíbles ocurrencias como esta, la del museo taurino:

¿Cómo se te ocurre esta barbaridad mientras que mucha (muchísima) gente de Guadalajara no tiene ni qué comer?
¿Cuando la ciudad COMO NUNCA está bombardeada de baches, al punto que resulta imposible circular por sus calles?
¿Mientras que los árboles son indignamente masacrados por las "H. autoridades municipales" ante el horror de los tapatíos?
¿Mientras que los parques públicos están abandonados y junto con las calles y camellones de la ciudad entera, están cubiertos de basura?
¿Mientras que destruyen una zona antigua y tradicional de la ciudad en contra de la voluntad de los vecinos del Parque Morelos y de la mayoría de los tapatíos?
¿Mientras que la obtención de un permiso municipal sencillo, es un calvario de casi dos meses para quien desea abrir un negocio y crear fuentes de empleo?
¿Mientras que consagras el erario de los tapatíos a unos juegos panamericanos o que sólo deudas dejarán a nuestra ciudad?
¿Mientras que el ayuntamiento que presides dispone regalar tierras propiedad de los tapatíos, a un grupo español para que sin cobro siquiera de las licencias municipales, construya sobre ellas
y se hinche de dinero a costa de un pueblo empobrecido, oprimido y hartísimo de ser explotado?

Alfonso, te recomiendo elaborar un sondeo ciudadano. Te horrorizará el rechazo contundente que provoca tu desmedida ambición y la de tus agentes inmobiliarios disfrazados de regidores.

¿Qué no te das cuenta, o más bien no te importa?