R E I N A D E C O Z U M E L I I
( a propósito de W i l m a o C a t h r i n a … )
Demasiado cerca … como para que todavía sientas
que estoy lejos y que no puedo volver.
Se rozan a diario nuestras almas, como para que todavía
sigas pensando que me he rendido ante el desastre natural.
Estoy ahí bajo la aurora de tu puerta y me ves incrédula;
viajo hacia ti desde temprano: hasta donde La Providencia
o la voluptuosidad de mi mente me lo permita.
Por eso te lo aseguro, mujer … ¡no hagas caso de lo que de mí
diga el noticiero global!; pues mi Mundo y mi Camino
no ha sido más que tu ardido placer.
( Pero sigues sin sentirme. )
Crees que mi demora es por causa del mal tiempo
y culpas a “ Wilma ” : — ¡ seguro que con ella se ha acostado también … !!
( ofuscada, lo dices desde tu cama. )
Por la tarde trazas una estela angular con la cuchara en tu consomé,
cortado y rebajado para demostrar la excitación ungular del extraño
interrogatorio: realmente … ¿ en dónde estoy ?
Varado en el Jardín de Palmeras látigo y Rosales azotados que intento
esquivar ; semillas de papayas pisoteadas en la arena que, deseoso,
espero a que pronto germinen . Absorto de tu presencia .
Aún sigo en el macuarro Lobby de un Motel Isleño,
barajando mis recuerdos de relámpago existencial.
Y escondido entre viejas macetas de vestíbulo me pregunto
en dónde fregados está la recepcionista … ¡ el pinche servicio !,
para que me devuelvan la llave: — ¡¡ la puta llave por favor !!!
( pero nadie me responde. )
Sé que no tuve oportunidad del resguardo y que el refugio no se encuentra
atravesando cualquier puerta: — ¡¡ no quiero ser ningún damnificado más !!
( Asumo que esta vez … sí me llevará la chingada. )
Y aferrado ferozmente a una gorda columna me amarro 8 Nudos
con la extensión de un ventilador sin aspas ni pies; sillas y mesas para
dos o tres, comienzan a volar despavoridas hacia cualquier punto de fuga;
ya no quedan tiempo ni ventanas como para pensar en la más próxima guarida:
¡ W i l m a está aquí … !
Sospechas mi estado de trance y una tarde
casi juras haberme visto salir del páramo dorado.
Es durante la mañana que entonces
estafo la devastación del huracán nocturno:
peino la zona de sedimentos abortados por la marajada;
guardo escombros lujosos de restaurantes en mi mochila.
Sentado en el fango y con el culo mojado, contemplo sumergidos
partículas de pánico y arrecife.
Me invade la ansiedad de elaborar un promiscuo inventario:
he recolectado tantas cuerdas como conchas y palapas también;
madera hinchada, 3 zapatos; láminas pesqueras de lanchas encalladas
en la playa Angosta. Aún hay más … debido a que ahora casi todo es mar.
Reunidos los materiales básicos, trazo pues al tanteo la circunferencia al cuadrado ya que me dispongo al levantamiento de un nuevo bungaló: lecho o altar donde podré
soltar mis sueños a que te acaricien tu femenina vanidad … Reina de Cozumel.
P e r l a r o s a d a
T i b i o m o l u s c o
C a p a r a z ó n u n g i d o
Sigo en espera de que tu orgasmo
o mi vigilia te hagan venir
Y a mí, retornar
jueves, 11 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario