MTRO. FAUSTO CHAGOLLAN AMARAL

LA BAJADA DE LA MUERTE El ingreso a la ciudad por la carretera a Chapala a la altura de la bajada del Tapatío se ha convertido en una zona de alto riesgo, tanto por la afluencia de vehículos como por el tipo de transportes que circulan por ella, como son los autobuses de pasajeros y los transportes de carga pesada como el tráiler de uno y dos remolques, ya que nadie respeta el límite de velocidad en dicha bajada, y si a eso le sumamos que en más de una ocasión este tipo de transporte se ha quedado sin frenos al ingresar a la bajada, causando serios daños materiales a vehículos y lesiones de consideración a las personas y en algunos casos ha provocado la muerte de algunos automovilistas, peatones y pasajeros del transporte público. Ante ello, las autoridades tan solo se han limitado a colocar señalamientos fijos y semáforos intermitentes como medida de aviso para todos los que ingresan por esa vía. Pero eso no ha sido suficiente para que los analfa - bestias que están detrás de un volante NO ENTIENDEN que los semáforos intermitentes en amarillo significa: “precaución reduzca su velocidad” “semáforos próximos en funcionamiento”, ante esta realidad de falta de cultura vial de las bestias del volante se requiere un mayor rigor en los dispositivos viales que implementa la autoridad para controlar la velocidad de estos energúmenos acéfalos. Una primera acción u alternativa para solucionar este problema es el de colocar un radar permanente en esa zona del Tapatío y aplicar la sanción correspondiente a todas las bestias del volante que no respetan los límites de velocidad, pero eso si, que se le asigne ese trabajo a los más honestos agentes de vialidad. Una segunda acción sería la de controlar el descenso del transporte de carga pesada y pasajeros para lo cual se les debe de asignar un carril exclusivo y obligatorio, confinado con boyas o barreras de concreto (de preferencia el lateral derecho), de esa forma los riesgos, los daños materiales y de perdidas humanas se reducirían para el resto de los automovilistas, ya que, de quedarse sin frenos estos vehículos pesados continuarían su loco descenso hasta toparse con un vehículo de iguales dimensiones, por tanto le serviría de freno para detener su carrera evitando con ello un mayor percance. La tercera acción sería colocar una rampa de emergencia para los vehículos que se quedan sin frenos, pero se descarta ya que no existe el espacio suficiente para su implementación dado que al final de la bajada ya todo se encuentra urbanizado, lo ideal hubiera sido que se planeara y construyera desde el inicio de la construcción de la carretera y la cuarta acción es “que renuncien si no pueden” con el problema los responsables de salvaguardar la seguridad vial en nuestro estado.
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